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Italia es un país que le ha exportado al mundo su gastronomía. Nuestra  comida recibió influencia de otros países, tales como Grecia, África y los países asiáticos. Los griegos, africanos y asiáticos que se establecieron allá trajeron sus comidas y maneras de cocinar. Por ejemplo, los griegos hacían un pan plano, el cual, se imagina, llevó a la creación de la pizza. 

El hecho de comer, para nosotros, no es un acto sencillo; tiene un significado mayor. Es un momento de socialización, un momento de unión con nuestros familiares y de esta unidad de la familia, se acredita, nacieron los platos ricos y variados.

El origen de la pasta no es cierto. No se puede decir, con certeza, quién inventó la pasta. Hay relatos de que Marco Polo trajo la pasta del oriente. Pero, también se sabe que él volvió a Italia en el año 1295 y que antes de esa fecha ya había informaciones de la existencia de la pasta. Algunos afirman que fueron los árabes que inventaron la pasta, pues conocieron al trigo antes de los italianos.

La cocina es, sin lugar a dudas, una parte muy importe de la cultura italiana. Conocida y amada en todo el mundo, ha sido capaz de dar placer y alegría en todos los Continentes.
Se trata de una cocina rica, nutritiva y saludable, transmitida durante siglos  en el seno de la familia. Su carácter es esencialmente rural y, como tal, está vinculada a nuestra tierra y a los frutos que produce a lo largo del año; por eso es una cocina genuina y basada en ingredientes naturales. 
Se trata de una cocina con fuerte carácter tradicional, muy sectorizada por regiones y heredera de largas tradiciones, que ha sabido perpetuar recetas antiguas como la polenta.

La Italia renacentista ensalzó a los chef más hábiles, renombrados y creativos de Europa, llevando a la alta cocina italiana, al máximo grado de refinamiento y prestigio, aún cuando no se puede hablar en el 1500 de una cocina italiana que se alce sobre todas las otras, como sucedía con la cocina francesa en el siglo XVIII.
La confirmación de la importancia y del interés que la comida, en sentido general suscita, se asienta en el siglo XVI con el florecimiento de la actividad editorial de las artes de la mesa, no sólo recetarios, sino también manuales de buenas costumbres, manuales de la forma de poner la mesa, etc.

El Imperio Romano fue famoso, entre otras cosas, por sus bacanales en las que se servían suculentos manjares traídos directamente de otros países: ostras de las costas gallegas, los mejores patés procedentes de aves francesas o deliciosa repostería árabe, todo ello regado con los mejores vinos. Esta tradición del buen comer se perdió, en parte, durante la Edad Media, pero con el Renacimiento se recuperó, potenciando no sólo la calidad de los productos sino también la preparación de los mismos. De hecho, la 'cocción al dente', es propia de Italia y la utilizamos no sólo para la pasta sino para el arroz o las verduras, consiguiendo que no queden ni pasados ni enteros, sino en el punto adecuado.

Pues entonces...

 ...¿nos dejas tu cocina?